COALICION VICTIMAS DE STANFORD AMERICA LATINA
(COViSAL)
14 de junio, 2012 -
versión en español -
Testimonio de Jaime Escalona ante el Tribunal Federal de Houston durante la audiencia para dictar la sentencia de Allen Stanford
Honorable Juez Hittner,
Gracias por su invitación y por permitirme dar mi
testimonio el día
de hoy.
Mi nombre es Jaime Escalona, soy el Director de la Coalición
Víctimas de Stanford América Latina (COViSAL), y estoy aquí para hablar en
nombre de mi familia, las familias de los miembros de COViSAL, y todas las
otras familias cuyas vidas han sido destruidas por las acciones del Sr.
Stanford y sus cómplices.
COViSAL consiste
de más de 500 familias debidamente registradas, más de 1.000
miembros aún no registrados y muchos seguidores, con pérdidas totales en CDs en
los cientos de millones de dólares.
Hay un número
impresionante de familias alrededor del mundo que han sido afectadas por el
esquema de Stanford – en Venezuela (10.432 familias) Estados Unidos (4,350
familias), México (3.865 familias), Perú (553 familias), y muchos otros.
Del
total de las víctimas de Stanford, 60% son de países de America Latina donde no
existen sistemas médicos y de seguro social que garanticen tratamientos médicos
apropiados y una jubilación digna. Para preservar su patrimonio de las
devaluaciones, alta inflación y las decisiones arbitrarias de sus gobiernos,
estas víctimas compraron los CDs y así asegurarse un
ingreso mensual para cubrir sus gastos médicos y de manutención.
Stanford y sus cómplices se aprovecharon de la
confianza que le damos a las empresas norteamericanas para defraudar a la clase
media, la cual lucha por un futuro modesto y seguro en países donde esto no es
una tarea fácil de lograr.
El Sr. Stanford les robo los ahorros de toda la vida
a familias inocentes y desprevenidas que ahora han quedado en la pobreza, sin
poder pagar por sus tratamientos médicos y gastos de manutención. Personalmente,
nosotros tenemos un nieto con Autismo quién estaba recibiendo tratamientos en
los Estados Unidos dos veces al año y ahora son más de tres años que nosotros no hemos podido
pagar por sus tratamientos porque Stanford nos robo todos nuestros ahorros.
Hay muchas otras
familias en situaciones similares. Yo recibo llamadas y correos electrónicos
regularmente de familias desesperadas que me dicen que su esposos, esposas,
padres y madres han muerto porque ellos no pudieron sobreponerse al dolor y
sufrimiento al encontrarse, viejos, enfermos y sin un centavo, después de
perder todos sus ahorros que trabajaron duramente toda una vida.
La mayoría de las
víctimas afectadas son gente modesta, familias con niños, algunos enfermos o con
necesidades especiales –muchas son gente mayor, enferma o cercanos a la jubilación
y ahora ellos no pueden pagar por su tratamientos médicos urgentes porque ellos
colocaron toda su confianza en el hombre equivocado. Stanford vilmente ha
destruido sus futuros y los futuros de sus hijos, con el único propósito de
llenarse sus propios bolsillos.
Más de tres (3) años han pasado desde que él
y sus cómplices nos robaron nuestro dinero. Es demasiado tiempo para las miles
de víctimas que están inmersas en una agonía interminable y desesperadas debido
a su perdida. Muchos ya han muerto mientras esperaban en vano por el retorno a
tiempo de una pequeña parte de sus ahorros para operaciones que pudieran salvar
sus vidas o tratamientos para el cáncer u otro tipo de enfermedades graves.
Durante estos años de tragedia, nosotros las víctimas,
tristemente hemos visto que la posibilidad de recibir un alivio económico que
pudiera mitigar nuestras perdidas, se disipa en los millones de dólares en
honorarios legales, gastos y peleas legales innecesarias entre los Liquidadores
Conjuntos y el Administrador Judicial de los Estados Unidos.
Las acciones crueles del Sr. Sanford, para engañar y
robar los ahorros pertenecientes a miles de gente común alrededor del mundo,
fueron fríamente calculadas y premeditadas e indiferentes a las terribles
consecuencias. Los ricos y poderosos sacaron su dinero y los inocentes quedaron
atrás, en sufrimiento y abandono.
Allen Stanford merece la sentencia máxima permitida
por la ley y el debe llevarse a la prisión las imágenes de la gente que ha
muerto por sus decisiones. Estas almas inocentes lo acompañaran en la cárcel y
le servirán como un recordatorio cada noche por sus acciones destructivas en
contra de gente inocente.
Nosotros hemos esperado mucho tiempo para que se
haga justicia y mientras todavía esperamos por alguna restitución de nuestros
ahorros, tenemos la esperanza que de alguna manera la verdad y la moral
prevalezcan y Stanford tendrá que hacerle frente a las consecuencias por las
atrocidades que cometió.
Stanford, usted merece lo que le viene, por ser deshonesto,
corrupto y villano.
Gracias.
Jaime R. Escalona
Director
Coalición Víctimas de Stanford
América Latina
jaenrodes@gmail.com